jueves, 10 de febrero de 2011

"Carmen" en Granada


Me han hablado de los "cármenes" de Granada después de haber escrito sobre las casas puerta; son para Granada lo que el "cigarral" es para Toledo. La palabra "carmen" tiene origen árabe, considerándola versión castellana de la voz karm. Este vocablo, en su más amplia acepción significa viña; pero en árabe granadino se aplicó para designar una finca rústica de peculiares características, enclavada siempre extramuros de la ciudad y nunca dentro del casco urbano de la misma. Tal finca rústica era muy parecida a las actuales caserías granadinas: finca de recreo y al mismo tiempo utilitaria. Como estas últimas constaba de vivienda campestre con jardín y huerto; jardín adornado con fuentecillas y estanques, sombreado por frutales; huerto con plantaciones diversas de frutales, legumbres y hortalizas y en el que, al menos en el principio, debió predominar el cultivo de la vid que daría su nombre a la finca.
El carmen es un espacio verde típicamente granadino, se encuentra anejo a la vivienda y enclavado dentro de la ciudad. No están rodeados por verjas sino por tapias altas para preservar la intimidad de los dueños de la casa. Normalmente se elevan en la falda de una colina. Los cármenes no son clásicos, ni romáticos, ni primitivos, ni modernos, tienen su tradición y estilo propios. Pequeños y como ocultándose a sí mismos entre la vegetación, surcados de senderos con macizos de boj, sugieren recogimiento y guardan el encanto de jardines orientales; podemos oler el jazmín y la azucena, el arrayán, la dama de noche y la rosa... En medio de esos jardines, como un mirab, se elevan las columnas y alminares, bajo su fronda un surtidor, a ras del suelo, deja caer el agua cantarina que surca los senderos. Los cipreses, con su aroma a frescor, se elevan enhiestos en busca del cielo.
Hay cármenes que se levantan sobre restos arqueológicos como el Carmen de Lopera, en la callejón de las Minas, ahora de la Concepción,  famoso a causa de las excavaciones allí realizadas en la segunda mitad del siglo XVIII, excavaciones que produjeron gran expectación en toda Europa y provocaron la intervención de los Tribunales de Justicia que declararon apócrifos los materiales arqueológicos encontrados y falsarios a los descubridores. 
El Carmen de los Mártires se encuentra dentro de la Alhambra.

Carmen de los Mártires
No muy lejos, el Carmen de San Antonio, que tiene su entrada por el callejón que discurre a espaldas del convento de Santa Isabel la Real, encierra la más importante puerta que daba acceso a la Alcazaba Vieja, Bab al-Unaydar o Puerta de la Erillla, vulgarmente conocida por Monaita, hermosa construcción del siglo X y soberbio ejemplar de arquitectura castrense hispanomusulmana.
El Carmen del Chapiz, que tiene su entrada por la placeta del Peso de la Harina, además de sus deliciosos jardines muestra un palacio morisco del siglo XVI que constituye una síntesis de la fusión del arte árabe con el renacentista. Sede actual de la Escuela de Estudios Árabes, la casa consta de dos edificios distintos, construidos en la misma época y comunicados entre sí, cada uno de los cuales tiene por eje un patio con alberca rectangular en su centro. Uno de ellos, perfectamente conservado, constituye precioso ejemplar de estilo morisco, en tanto que en el otro domina la tradición arquitectónica de la casa árabe. 

Carmen del Chapiz
 En la margen izquierda del Darro, al pie de las torres de la Alhambra, el de Los Chapiteles fue propio del Gran Capitán Gonzalo Fernández de Córdoba, de su primitiva obra quedan aún capiteles árabes y góticos y un rico artesonado que cubre su escalera.
En la Antequeruela. el carmen que habitó Manuel de Falla contiene el museo en que se exponen recuerdos del genial músico;
Casa de Manuel de Falla

y al pie de la colina el Carmen del Cuarto Real ostenta un magnífico palacio árabe.

Carmen del Cuarto Real

Refiriéndose a los cármenes granadinos, Góngora escribió: 

"...que el Darro cenefa hacen
de aguas, plantas y edificios
formando un lienzo de Flandes
do el céfiro al blanco chopo
mueve con soplo agradable
las hojas de argentería
y las de esmeralda, el sauce”


En el Albaicín no hay una casa sin un carmen, por oculto y rodeado de edificios que esté.
Pronto iré a Granada, invitada por Fátima, una amiga de mi hijo. Podré conocer todo lo que tanto he deseado, las tres culturas que unieron esta tierra.

domingo, 6 de febrero de 2011

El espacio doméstico medieval en Toledo; las “casas puerta”.




Mapa del libro Civitates Orbis Terrarum de Braun and Hogenberg editado en latín el 1572

El lugar rocoso y accidentado donde se eleva la ciudad de Toledo ha tenido una  continua ocupación desde época prerromana. La ciudad del imperio romano se ha mantenido con cierta importancia aunque con altibajos a través del reino visigodo, del que Toledo fue capital hasta julio de 711, y de cinco siglos de ocupación musulmana.

Mis recuerdos de Toledo y de la forma de vivir en esta ciudad me invitan a hacer un resumen de la transformación del espacio urbano en la Edad Media.

La mezquita mayor de Toledo sería consagrada al culto cristiano poco después de 1086.  
En 1088, Toledo cae en poder del rey Alfonso VI.
El idioma hablado y escrito seguirá siendo el árabe hasta la segunda mitad del siglo XIII. A partir de 1143, mozárabes y judíos fugitivos del avance almohade en Andalucía se suman a la población que habitaba en Toledo donde estaba la presencia de mozárabes, judíos, musulmanes, francos e inmigrantes del norte de la península, favoreciendo el desarrollo de la arquitectura nazarí en Toledo. 


 
Simultáneamente a este estado de cosas, la transformación del espacio urbano debió de desarrollarse con lentitud en el transcurso del siglo XII y del primer cuarto del siglo XIII. Sabemos que las obras de ampliación de la catedral de Toledo no comienzan hasta 1222 y 1226, unos diez años después de la batalla de las Navas.
Varios incendios, que acompañan a los estados de desequilibrio que se presentan aún en el siglo
XV, favorecen las transformaciones de la ciudad.

La tarea fundamental que me proponía al comenzar mis estudios sobre Toledo  en este viaje hacia la cuna de mis antepasados era entender la génesis del espacio urbano medieval, seguir sus transformaciones y sus adaptaciones sucesivas a lo largo de la Edad Media y definir las características de la ciudad en las épocas islámica y cristiana.
 Para lograrlo, la utilización de varios libros de medidas de casas de instituciones eclesiásticas, entre ellos los del cabildo catedralicio y del monasterio de santo Domingo el Real eran determinantes. El libro del cabildo reúne 557 inmuebles, distribuidos en 64 lugares, adarves, parroquias y plazas.
Pero era muy importante para mí analizar los componentes comerciales más importantes de la ciudad de Toledo a finales de la Edad Media, que son las alcaicerías, las tiendas, las “casas puerta” y los mesones para poder demostrar el crecimiento urbano que tuvo Toledo en la Edad Media.
Todos los tipos son muy interesantes pero yo tengo especial interés en las “casas puerta”, estas eran casas que  tenían en la planta baja una pieza que protegía el paso de la calle a la casa como un vestíbulo o zaguán.
Esta pieza recibía, según los casos, el nombre de “portal” o de “casa puerta”.
La mayoría de estas casas estaban en las zonas comerciales. En Zocodover había catorce inmuebles con casa puerta, algunos de ellos ocupaban parcelas que se extendían entre la plaza de Zocodover y la de Barrio Rey (La casa puerta se abría a una calle o a una plaza mediante una o dos portalones y eran de  forma aproximadamente rectangular),
 Las casas convestíbulo de Zocodover y de la calle de los Francos me  sugieren que en el curso del siglo XV, particularmente en su segunda mitad, el nombre de casa puerta designa una, dos o tres tiendas adosadas sobre las cuales se han levantado después uno o varios niveles de viviendas.
En una de estas casas, que he podido alquilar,  he encontrado el lugar donde me encontraré con Samuel y así podremos intercambiar todas nuestras inquietudes y la relación de nuestra cultura con la cristiana y la musulmana.